jueves, mayo 04, 2006

Antes, fue el “Progreso” y ahora que?

Me dedico al soporte técnico de equipo de cómputo y de sistemas, ya saben como es esto, a veces va uno a dar literalmente hasta la cocina de nuestros clientes.
Un día el dueño de una comercializadora cliente mío me pidió que fuera a su casa revisar un equipo. Llego a su oficina a la hora acordada y nos vamos rumbo a su casa que es en la ciudad de Brownsville Tx. En el camino charlamos de todo y de nada. Me dice que tiene que pasar por sus dos hijos al colegio porque están por salir, le digo que no hay problema, que esta bien. Ya con los niños en la camioneta platican entre ellos de las cosas de la escuela, que si esto, que si lo otro, que si la comida etc. Lo normal entre padre e hijos. Por fin llegamos a su casa ubicada en una zona residencial de la ciudad, la casa se ve y se siente cómoda, enorme, con espacio en la cochera para dos autos y más espacio en el porche. Pasamos adentro, a mi me conduce al estudio, todo bien equipado con lo necesario para el trabajo intelectual, estantes con libros, dos computadoras, fax, extensión telefónica, Internet de banda ancha, en fin lo que se necesita. Mientras yo reviso el equipo que tenia que revisar, el señor les da de comer a sus hijos, ya que la señora no vendrá a comer y se adelantan ellos por lo pronto sin esperarla.
Unos minutos mas tarde termino de revisar la computadora y le doy mi diagnostico y la solución al dueño de la casa, él acepta ambos. Le soluciono el problema con su maquina, me paga lo acordado. Antes de salir el señor me da un pequeño recorrido por su casa llena de habitaciones y me enseña su colección de litografías y algunos cuadros de pintores en ascenso y de algunos otros que ya están cotizados en varios miles de dólares, yo recibo una pequeña lección de pintura y del manejo comercial de los cuadros. Pero eso no me impresiono tanto, no eso no fue, lo que sí me llamo la atención fue el tamaño de su cocina! Amplia y con mas metros cuadrados que toda mi casa de interés social! Eso sí que me impresiono, nunca había estado en una cocina tan grande.
Salimos de su casa, y me trae de regreso al lado mexicano. Yo que no traigo coche por una descompostura que en mala hora le vino a dar, le digo que no se moleste que me deje donde pueda tomar el camión para yo así irme a mi casa, el insiste en llevarme donde vivo, yo insisto en que no y al fin accede a dejarme en la parada del colectivo.
Luego de un rato llega mi pesera, me subo y encuentro un lugar vacío, me siento. Y al observar el contexto en el que ahora me encontraba mi cabeza y mi conciencia ¡zas! como que despiertan con un montón de preguntas y reflexiones todas de golpe!
Ahí estaba yo en el transporte público, por llamar de alguna manera al camión destartalado en el que viajábamos, rodeado por dos obreros que sus rostros reflejaban cansancio y que la jornada había sido larga y tediosa. Además de estos iban tres amas de casa con sus niños de la escuela, con sus mochilas todas sucias y medio rotas, de las mamas, dos de ellas con chanclas y lodo en los pies, lo que indicaba que en su barrio no hay pavimentación. Iban también tres personas con las ropas mojadas un poco mas arriba de la cintura, ellos de seguro intentaron cruzar el Río Bravo para alcanza el “sueño americano” huyendo de la “pesadilla mexicana”, pero por ir en la pesera era claro que no lo habían logrado. A su lado, una pareja de ancianos haciéndose compañía y acurrucándose el uno en el otro, en sus rostros se reflejaban mil preocupaciones y años de trabajo.
En ningún rostro había sonrisa alguna, era la tarde y era el fin de una jornada más. Ibamos todos ahí escuchando las melodías que el chofer se le antojaba poner en su estereo muy nuestro pesar!
¡Puta madre!
Que contraste el que yo viví.
Diez minutos antes estaba en una casa súper cómoda, con los satisfactores materiales cubiertos de sobra y ahora?
En esa pesera íbamos fácil representados, 30, 40, 50 años de fracasos de políticas económicas de nuestro país! Esto es horrible! De verdad horrible!
Cuanto tiempo nos llevará cambiar esta inercia?! Cuanto?!
Cuanto trabajo nos costará, no digamos alcanzar los estándares de bienestar y calidad de vida como el que observe en casa de mi cliente, digamos simplemente: aspirar a ellos y tener reales posibilidades de conseguirlos! Cuanto trabajo y tiempo? Cuanto?!
A mi pueblo de cuando en cuando se le presentan falacias y quimeras a manera de utopías a seguir.
Antes fue la idea del “progreso” después la del “desarrollo” , luego la de la “modernización” y ahora nos salen con la “competitividad”.
En nombre de estas mentiras se frena el verdadero desarrollo de nuestro pueblo.
“No podemos subir los salarios porque nos hace menos competitivos”
“No podemos pagar lo justo a nuestros campesinos por sus cosechas, porque sus precios no son competitivos” y así ejemplos los hay por todos lados y en todos los ámbitos. Patrañas todas. Es claro que nunca alcanzaremos la tan cacaraqueada “competitividad” y que cuando menos nos demos cuenta el mundo “civilizado” nos impondrá desde todos los frentes otra falacia otra mentira, inalcanzable como las otras, inviable para el pueblo y nuestro país seguirá sumido en la miseria tanto material como espiritual.

Antes fue el progreso y ahora que?